martes, 1 de septiembre de 2020

¿Donde quedo el esplendor de Tabasco?

 Opinión de Pedro Gabriel Hidalgo Cáceres 

Columna: una voz en acción (Diario Ahora Tabasco)

30 de Agosto de 2020 


¿Donde quedó el esplendor de Tabasco?



¿Dónde quedó el esplendor de Tabasco? ¿su historia, sus personajes ilustres, sus políticos, sus empresarios, sus biografías? ¿hay un presente mejor que trasciende? ¿vale la pena la comparación del ahora con lo de antes? En estos nuevos tiempos y nuevas realidades, ¿nos subyuga lo nacional? ¿el paisanaje nos ayuda o nos afecta?

 

La grandeza de nuestro estado estuvo en su producción agrícola y ganadera. El plátano, el café, el cacao, la copra, la caña de azúcar, la ganadería, las aves de corral, las maderas preciosas, el maíz, el frijol, el tabaco, sin embargo, gran parte fue sustituido por el oro negro. Hubo auge y caída. Y ahora, ¿qué somos? —Un nuevo boom petrolero dicen...

 

¿Cuántos filósofos o estadistas hay en nuestra época?, si los hay, ¿están sirviendo? ¿Cuál es el pensamiento que está proliferando en los tabasqueños?, ¿hay ideología?, ¿hay un pensamiento moderno o post moderno?, ¿que nos orienta?, ¿la razón, la sinrazón o el sentido común? Quizá el catolicismo o el protestantismo. ¿Qué nos mueve? Las ganas de vivir, la familia, la sociedad, etc.

 

¿Qué tipos de personas abundan? Los comprometidos, los responsables, los abyectos, los cortesanos, los que tienen principios, los trabajadores, los aduladores, los paranoicos, los obsesionados con el poder, los que quieren trascender, los buenos, los malos, los perversos.

 

Maquiavelo aseguraba que no era el fundador de la doctrina cuya paternidad le atribuían, es el corazón del hombre. El maquiavelismo es anterior a Maquiavelo, la lucha por el poder empezó desde la propia existencia del hombre.

 

De todas las instituciones formadas después de la revolución mexicana por grandes hombres y grandes mentes, todas se reducen a una conferencia de prensa mañanera, a la UIF (Unidad de Inteligencia Financiera) y a los servidores de la nación. Mi razón, mi formación y mi realidad lo rechaza. Y lo rechaza más cuando escucho a un diputado de Morena presentar una iniciativa para que los periodistas tengan prohibido investigar, solo deben atenerse a informar sin criticar. Pareciera una distópia de Ray Bradbury.

 

¡Que época!, imagínense censurar al científico por querer llegar al espacio y colonizarlo, al médico por descubrir y curar enfermedades, al químico por descubrir nuevos compuestos, al moralista por pintar los vicios, al historiador por escribir la historia.

 

¿En dónde estamos parados? —En el lugar al que todos hemos contribuido, no hay verdad que duela más, el desinterés, la apatía, la no participación política, la falta de solidaridad y subsidiaridad nos han llevado hasta ahí.

 

Gustave Le Bon escribió: “Las masas nunca han tenido sed de verdades. Ante las evidencias que les desagradan, se desvían, prefiriendo deificar el error si este las seduce. Quien sabe engañarlas se convertirá en su amo, quien intente destruir sus ilusiones será siempre su víctima”.

 

En la antigua Grecia, Sócrates, Platón y Aristóteles criticaban a los sofistas por sus trampas dialécticas, pretendiendo enseñar virtudes desde el discurso retórico, quienes también ejercían el arte de la persuasión, convertían los argumentos débiles en fuertes, tenían la capacidad de usar palabras para envenenar o embelesar y mantenían el dominio de razonamientos engañosos.

 


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