Macuspana, Tabasco a 22 de Octubre de 2014
Pedro Gabriel Hidalgo Cáceres, es Contador Público (UJAT)
con Diplomados en Alta Administración Municipal, Finanzas Municipales y
Gobiernos Abiertos (ITESM) y maestrante en Administración y Políticas Públicas (IAPT)
“Aprobar o no las cuentas
públicas, no es garantía de que el municipio este rindiendo cuentas, como
tampoco es garantía de que la legislatura este efectivamente desempeñando su
papel de exigirlas”
En estos días, hemos escuchado sobre la conclusión del Órgano Superior de Fiscalización de las auditorias de las cuentas públicas Municipales, del Congreso, y del Ejecutivo del Estado de Tabasco, lo que da paso a la revisión, análisis y dictaminacion para su inmediata calificación de las mismas, a través de la Legislatura, que es la representante de la Soberanía del Estado.
No obstante, en este pequeño
análisis haré un énfasis más acentuado, a las cuentas municipales, partiendo y
compartiendo a la vez, consideraciones de los investigadores del Centro de Investigación
y Docencia Económicas (CIDE). En primer lugar ubicando la interacción del municipio en por lo menos 3 arenas distintas; una interna, en donde el
cabildo, debe exigir cuentas a los miembros de la administración pública
municipal, una segunda; (externa) donde el cabildo principalmente rinde cuentas
a la ciudadanía, y la tercera, las cuentas que se rinden al Congreso del Estado,
derivado de la revisión técnica del OSFE
En la rendición de cuentas
interna, hay un diseño institucional y electoral que no ayuda mucho, ya que la
administración municipal está centralizada a informar al Presidente Municipal y
no al cabildo lo que hace que esta no prospere lo suficiente y las reglas
electorales le dan la mayoría de los regidores del cabildo al Presidente lo que
constituye que tenga el control político de ellos.
En cuanto a la rendición de
cuentas a la ciudadanía, los mecanismos son insuficientes y poco concretos, que
a la vez dependen de la participación de una sociedad que se muestra apática y
poco involucrada, se forma un círculo vicioso, porque a pesar de que los
ciudadanos desconfían del gobierno municipal no participan en los mecanismos
que existen. Si bien es cierto que los ciudadanos se organizan por falta de
agua, un camino, un puente, por otro lado la forma en que son tratados en un
palacio municipal es motivo de quejas no de organización.
Por otro lado, la falta de
herramientas jurídicas claras que permitan al congreso ejercer y dar seguimiento a acciones administrativas,
pecuniarias e incluso penales, blinda a
la burocracia de una efectiva supervisión legislativa. De esta forma la
posibilidad de impunidad se agrava porque estas funciones de sanción se delegan
a la administración municipal, que al final dependen de decisiones
políticas.(Ríos Cazares, 2006)
Otro problema de la
rendición de cuentas municipales, es que esta se centra en su mayor parte en
aspectos contables y en menor medida en la evaluación del impacto de las
decisiones de política, en otras palabras solo se revisan facturas y no su impacto
social. El presupuesto basado en resultados es solo un mero requisito legal al
igual que su plan de desarrollo municipal que debiera ser la base primordial de
todos los programas municipales.
Comparto con el Gobernador
su interés en la profesionalización de funcionarios públicos, lo cual
garantizaría que estos sean vigilados y evaluados, además propicia la rendición
de cuentas y no compromete las capacidades operativas de los municipios cada
cambio de administración.
En consecuencia, se necesita
avanzar más en la legislación de fiscalización, de responsabilidades de los
servidores públicos, ley de transparencia, ley electoral, Servicio Civil de
Carrera, que permita mejorar el diseño institucional para que la rendición de
cuentas no se vuelva puro cuento.
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