Pedro Gabriel Hidalgo
Cáceres, es Contador Público (UJAT) con Diplomados en Alta Administración
Municipal, Finanzas Municipales y Gobiernos Abiertos (ITESM) y maestrante en
Administración y Políticas Públicas (IAPT)
Macuspana, Tabasco a 29 de Noviembre de 2014
Y llego el día en que la Presidencia
de la República por fin dio la cara sobre los acontecimientos violentos de los últimos dos meses a partir
de la desaparición de los 43 normalistas, el repudio por estos hechos es de
magnitudes internacionales, reproduciendo protestas en varios países del mundo
como Estados Unidos, Holanda, Suiza, Francia, España, Alemania, Australia,
Chile, Brasil, Bolivia, Así como las Universidades más importantes de EU como
Harvard; MIT, Boston, Berklee y Tufts.
Todos
somos Ayotzinapa ¡, Todos somos Ayotzinapa¡ grito Peña Nieto,
solo que sus Asesores le mandaron tarde la Camiseta, cuando el tema ya había alcanzado
las críticas Internacionales, el manejo de crisis una vez más fue puesto en
evidencia por el equipo Presidencial.
La mayoría de los titulares
de los diarios nacionales impresos y digitales publican cuestionamientos al decálogo,
así como los Partidos de oposición con excepción del PRI y PANAL “decálogo no
calma la indignación de los mexicanos” La silla Rota, “Peña busca acallar
protesta social”, “show mediático” AMLO,
“tomada de pelo, de lo ya escrito”, “ser autocritico y corregir errores de su
gobierno” PAN
En el Reforma, la periodista
Carmen Aristegui, escribe que: “no
hubo ningún anuncio, por lo pronto, sobre la forma en que está montado hoy el
funcionamiento del gobierno. No hubo autocrítica. No hubo remociones. Ningún
mea culpa sobre ningún tema.
En El Universal, la
periodista Katia D’Artigues, escribe
que: “lo sabía, creo que lo sabíamos todos, desde antes de escucharlo: la
crisis que vive México hoy es tan honda que cualquier cosa que hubiera dicho
Enrique Peña Nieto dejaría a pocos satisfechos. Así fue, al menos, para mí.
En La Jornada, el periodista
Julio Hernández López, escribe que:
“de lo anunciado ayer sólo pueden desprenderse más maniobras de control y más
enredijos procesales para entrampar a críticos y opositores.
En el Reforma, su columna de
trascendidos Templo Mayor, asegura
que: “es tal el cúmulo de acciones planteadas por Enrique Peña Nieto que, de
inmediato, surge un par de interrogantes. La primera: ¿por qué pasarle la
bolita a los diputados y a los senadores, a los gobernadores y a los alcaldes?
La tan esperada “nueva estrategia” no suena mal, pero en ella el Ejecutivo
aparece como ausente
En Milenio, el periodista Carlos Marín, escribe que: “pero si de
lo que se trataba era de anunciar lineamientos específicos para vacunar al país
contra la criminalidad y la corrupción (lacras endémicas, hoy en el centro de
la atención mundial por el caso Iguala y la mansión de la señora Angélica
Rivera), el decálogo de ayer se antoja tan amplio que las prioridades
parecieran poco identificables.”
En el Excélsior, la periodista
Ana Paula Ordorica, escribe que: “no
fue un discurso concreto. Por ello demostró, una vez más, que este gobierno
destaca por sus grandes anuncios. El enorme reto que tiene es implementarlos.
Necesitamos #MásAccionesMenosAnuncios Lo necesitamos con urgencia.”
En Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe que: “O en Los
Pinos no se capta la gravedad del problema o los discursos del Presidente los
escriben demasiadas personas al mismo tiempo. Para la expectativa creada desde
el lunes, dudo que lo de ayer haya sido suficiente.”
En Milenio, el periodista Ciro Gómez Leyva, escribe que: “por lo
grave del momento, el Presidente tenía que convencer y entusiasmar. Parafrasear
aquello de me siento con derecho a reclamar la ayuda de todos y a decir:
“Vengan, vayamos hacia delante con nuestra fuerza común”. Quizá convenza a
legisladores, gobernadores, juzgadores. Pero en la sociedad no registré fervor
ni admiración.”
En el Excélsior, el
periodista José Cárdenas, escribe
que: “fiel a su costumbre, Enrique Peña Nieto presentó un decálogo, diez
mandamientos que, a decir del gobierno, nos llevarán a recuperar la paz y el
Estado de derecho en materia de seguridad y procuración de justicia. Sin
embargo, la ruta presidencial adolece de elementos que parecían indispensables
en un mensaje esperado como pocos.”
Al final del día, el decálogo
son iniciativas que tendrán que discutirse aun en la Cámara de Diputados, no
son políticas Publicas inmediatas, salvo la implementación del 911, que habrá que
medir la eficacia en los indicadores de Seguridad Publica.
Apunto de manera particular,
que los legisladores tendrán que revisar con detenimiento, desde diferentes
enfoques el tema del Federalismo, Autonomía Municipal, entre otros.